Cómo amaestrar, distraer y convencer a una sardina, ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA

1La idea de que las sardinas son irresponsables es falsa. Las sardinas son susceptibles de recibir una educación.

Cójase una sardina y colóquesela desnuda en una palangana, cuidando antes de poner sal en el agua. Después se la puede amaestrar con mucha paciencia.

Váyanse anotando los progresos cada siete horas, no se cambie de educador ni se la deje abandonada durante más de setenta y cinco minutos.

Cuando la sardina retrocede en sus progresos es muy difícil hacerla avanzar.

Al mismo tiempo hay que evitar que la sardina se aburra, darle el clima apropiado y cuidar de que asista a espectáculos que la reconforten.

Convencer a una sardina se la convence con facilidad. Basta encontrar a la persona adecuada. Nace una cada ciento siete años. Usted pone un anuncio y espera la contestación.

.