El ladrón depositario, Qâbus

Glenrowan 1966-7 by Sir Sidney Nolan 1917-1992Cuentan que un hombre salió de casa muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, para ir a los baños. En el camino vio a un amigo y le dijo: «¿Me acompañarías a los baños?». El amigo respondió que con gusto lo haría, pero que estaba muy atareado. De modo que sólo lo acompañó unos metros y, al llegar a la intersección de dos calles, se fue sin avisar.

Al mismo tiempo, un ladrón seguía al hombre que iba a los baños; lo estudiaba con la intención de robarle. El hombre vio al ladrón pero, como estaba muy oscuro, supuso que era su amigo que aún lo escoltaba. El hombre llevaba cien dinares metidos en una manga y atados con un pañuelo. Los extrajo y se los tendió al ladrón diciéndole: «Hermano, te dejo este dinero para que me lo cuides mientras voy a los baños». El ladrón tomó el dinero y no se movió de donde estaba.

Yá había amanecido cuando el hombre salió de los baños. Al verlo, el ladrón lo llamó: «Aquí tiene su dinero señor. Hoy no trabajé por cuidárselo». Desconcertado, el hombre exigió explicaciones. «Soy un ladrón y usted me dio este dinero». «Si es un ladrón, ¿por qué no me lo robó?». «Si lo hubiese obtenido con mi arte, no se lo habría devuelto. Pero usted me lo confió en depósito y no quise faltar a mi palabra».

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